miércoles, 13 de abril de 2011

Mi granito de arena...

Recorrer Africa de la mano de Kapuscinski ha sido una experiencia enriquecedora para mi alma. Este resumen de cerca de 40 años recorriendo el continente negro, algunas veces escueto y en muchas ocaciones rico en vivencias, logra transmitir su mirada objetiva a una sociedad muy diferente a la que pertenece (??) el autor y la mayoría de sus lectores.

Reconocer la posición crítica frente a los comportamientos humanos más arraigados en la violencia y la ostentación del poder, así como la exaltación de muchos valores humanos infravalorados o desconocidos por las mentalidades eurocentristas, no toma más que unas cuantas líneas de cada uno de los capítulos o historias que componen este valioso documento.

La descripción del paisaje y del entorno que rodea cada una de estas historias, posiciona al lector y le permite "sentir" el calor abrazador del medio día, la alegría desbordada de los bailes y fiestas, el miedo a la noche, a los animales, la desesperanza de estar perdido en una carretera sin saber bien dónde, la falta de agua, lo infinito del desierto... nos "abre" los sentidos para resaltar los estados psicológicos y sociales a los que llevan sin detenerse en la riqueza del detalle por el detalle.

Reconozco mi vasta ignorancia frente al devenir histórico del mencionado continente, que afortunadamente a venido a menos, con cada una de las páginas de este reportaje en primera persona, de los acontecimientos de la segunda mitad del siglo XX. Y no sólo con la historia reciente de Africa sino con la historia reciente del mundo excepto un poco la de europa y del continente Americano. Y no es una excusa, pero mi interés por las sociales durante el colegio no fue notorio (tendiendo casi a cero), supongo que por la orientación matemática del notable establecimiento, cosa que ahora me resulta del todo triste y que espero ir remediando poco a poco.

Acontecimientos "sui generis" como lo narrado de Liberia, que muestran un punto de vista sobre la imposibilidad de superar la esclavitud o sucesos como rescatar un camión de los gigantescos baches de una carretera que muestran cómo se libera de la monótona rutina del día a día con la no reparación de un bache en una carretera son pequeñas alegorías que muestran la diferencia de pensamiento, razonamiento y sentir de las sociedades Africanas y que desencadenan sentimientos de empatía o repudio a lo que se considera el tercer mundo.

La verdad es que me ha gustado mucho el libro, tanto por su forma de narrarlo como por el fondo de lo narrado, me he sentido descrito en muchas de las historias y a su vez me ha transportado a situaciones similares en mi memoria, muchos mercados de pueblo, muchas horas de carretera para encontrar pueblitos reconditos, reparaciones de carro durante el viaje, muchos mangos y su invaluable sombra, muchos olores tropicales, muchos ríos, mucho verde, mucho calor tanto tropical como humano y también me ha permitido encontrar una constatación (o reafirmación jejeje) de que hasta la naturaleza es desordenada y tiene su propio ritmo en nuestro trópico...

Lástima de la violencia, la sangre y la pobreza que describen las claras palabras de Kapuscinski que pudieran haber narrado historias menos tristes pero que a la vez nos cuentan de las vivencias de un caminante del mundo, de aquellos que nos enseñan a ver siempre el vaso medio lleno, ejemplos de constancia y tenacidad.