domingo, 9 de octubre de 2011

Las uvas de la ira

Es curioso ver como un fenómeno ocurrido hace casi 80 anos pudiera parecer tan reciente. Steinbeck logra plasmar en estas paginas la horrible desesperanza que siente el ser humano al ser acorralado en la más precaria situación, que logra doblegar el carácter de seres recios curtidos bajo el sol de muchas cosechas y hacerlos gimotear por un trozo de pan. Y aunque esto no es noticia nueva para la humanidad, si que me resulta novedoso que ocurriera en el país del tio tom, y que por lo menos mi percepción reciente del gigante mundial no me había permitido pensar que hechos así pulularan también su historia no tan lejana.

Es, por no decir algo más fuerte, interesante el tema de los bancos y como logran echar a los arrendatarios y luego de ellos a los pequeños propietarios, siguiendo prácticas de economía "ingeniosa" restándole todo valor a la producción agrícola: "Por más inteligente que fuera un hombre, por más ternura que sintiera por la tierra y los cultivos, si además no era buen comerciante, no podía sobrevivir." Esto resalta mucho que el mundo del comercio en el que ahora todos nos vemos obligados a interactuar por la industrialización y el capitalismo, no se nos da muy bien a todos. Estas prácticas comerciales lograron su cometido a expensas de las personas que sufrían hambre: "Y esto era bueno porque los salarios seguían cayendo y los precios permanecían fijos. Los grandes propietarios estaban satisfechos y enviaron más anuncios para atraer todavía a más gente. Y los salarios disminuyeron y los precios se mantuvieron. Y dentro de muy poco tendremos siervos otra vez."
El caso de las conserveras hace helar la sangre al ponerse en los zapatos de un 'okie': "Un gran propietario compró una fábrica de conservas. Y cuando los melocotoneros y las peras estuvieron maduros puso el precio de la fruta más bajo del coste de cultivo. Y como propietario de la conserva se pagó a sí mismo un precio bajo por la fruta y mantuvo alto el precio de los productos envasados y recogió sus beneficios. Los pequeños agricultores que no poseían industrias conserveras perdieron sus fincas, que pasaron a manos de los grandes propietarios, los bancos y las compañias que al propio tiempo eran los dueños de las fábricas de conservas."

Otra característica importante es la degradación del orgullo propio y la dignidad de los 'okies' que por ser personas sencillas y humildes no alcanzaban a imaginar los alcances de la revolución que estaban presenciando sus ojos. Hechos como el acercamiento de los niños a los modernos inodoros muestran el nivel de desconocimiento del mundo que tenían y para el cual no estaban ni mucho menos preparados: "Winfield estaba avergonzado. Su mano torció la palanca de la cisterna. El agua cayó con un rugido. Ruthie brincó en el aire y se alejó de otro salto." El cúmulo de sentimientos y sensaciones que generaban los 'okies' a su paso por los diferentes estados y a la llegada a California que degeneraban tanto en la población local como dentro de los mismos emigrantes iba minando su auto estima y su valor: "No son mucho mejores que gorilas." Y la población local un poco más 'visionaria' se encontraban: " siempre temerosos de que surgiera un jefe... trescientos mil... si alguna vez se unen bajo un líder... el fin. Trescientas mil personas, hambrientas y abatidas; si alguna vez llegan a tomar conciencia de ellos mismos, la tierra será suya."

La idea primigenia de pertenencia sanguínea a una comunidad familiar va dejando paso a la construcción de comunidades por empatía del dolor y el sufrimiento al que son sometidos estos cientos de miles de personas. El mercantilismo aplicado a los seres humanos aquí descrito hace pensar en el buen uso de las prácticas comerciales y en la codicia por la acumulación de capital. La comparación que hacen los propios 'okis' del trato tan vejatorio al que son sometidos y que resultan peores que los recibidos por los bueyes de trabajo hace que "En las almas de las personas las uvas de la ira se están llenando y se vuelven pesadas, cogiendo peso, listas para la vendimia."

Steinbeck usa como herramienta de la redacción, el comparar las cosas con los recuerdos asociados a ellos y muestra las diversas escalas del valor que tienen sus pertenencias para los hombres, resaltando sus estados sicológicos y trasmitiendo el desasosiego de los protagonistas de la obra. Toca puntos importantes de la construcción de la personalidad tales como: qué somos los seres humanos sino la recopilación de nuestras experiencias? o sobre ese hecho de volver a empezar, es en realidad posible?

También usa unos capítulos en los cuales se presencia el devenir de los hechos como si se estuviera sentado en la banca de un parque escuchando al mismo tiempo todas las conversaciones que se desarrollan, de forma que en un corto instante de tiempo se puede tener una vasta idea de la situación que le interesa exponer. Además usa recursos muy románticos para describir problemas y angustias de los personajes como cuando describe el parkinson del abuelo que le impide apuntarse la camisa.

Es un libro muy interesante que me agradó leer y que me hizo seguir reflexionando sobre la realidad económica a la luz de los últimos acontecimientos mundiales, resaltar el valor del ser humano por su capacidad de adaptación y por la incesante creatividad de la misma humanidad para encontrar formas de agresión que intentan separar unos grupos de personas de otras sin medir las consecuencias que tienen para la inmensa mayoría.

martes, 4 de octubre de 2011

Las Uvas de la ira

Excelente forma de narrar, el autor logra no solo embeber a lector en la historia, sino también en medio de la historia cuestionarse el modelo económico. Es de resaltar su estilo, la forma en que a través de los diálogos va elaborando la personalidad de sus personajes, de forma que el lector al final del libro los tiene completamente definidos.

La palabra que se me viene para resumir el libro es melancolía…

….Melancolia del drama que viven los desplazados, los miles de Colombianos que están en una situación similar, en la medida que avanzaba el libro me colocaba en el lugar de un desplazado y me imaginaba la frustración y el rechazo a que están sometidos.

...Melancolia con el personaje de la madre, me recordaba mucho a mi mama que a pesar de las dificultades nunca desfallece y logra mantener en pie la familia.

…Melancolia cuando mi padre tenía la buseta, y luego de un pesado día de trabajo se varaba la buseta, ¡pensar en una grúa era un lujo!, ¡entonces manos a la obra!, con linterna en mano y exhausto realizaba múltiples intentos por reparla, a veces nos tocaba amanecer durmiendo entre la buseta.

… Melancolía y más Melancolía.