domingo, 26 de septiembre de 2010

Tres poemas de VINICIUS DE MORAIS

El Regreso De La Mujer Morena

Amigos míos, hermanos míos, cegad a la mujer morena
Que los ojos de la mujer morena me están envolviendo
Y me están despertando de noche.
Amigos míos, hermanos míos, cortad los labios a la
mujer morena.

Que son maduros y húmedos e inquietos
Y saben hacer voluptuosa cualquier frigidez.
Amigos míos, hermanos míos, y vos que amáis la poesía
de mi alma
Cortad los pechos de la mujer morena
Que los pechos de la mujer morena ahogan mi sueño
Y traen colores tristes a mis ojos.
Joven campesina que atraes cuando paso en las tardes
Llévame al casto contacto de tus ropas
Sálvame de los brazos de la mujer morena
Que son lazos, y quedan extendidos inmóviles hacia
mi cuerpo
Son como raíces que huelen a resina fresca
Son como dos silencios que me paralizan.
Aventurera del Río de la Vida, cómprale mi cuerpo a
la mujer morena
Líbrame de su vientre que es campo matinal
Líbrame de su espalda que es como el agua deslizándose
fría.
Blanca abuelita de los caminos, reza para que se vaya
la mujer morena
Reza para que se sequen las piernas de la mujer morena
Reza para que la vejez roa por dentro a la mujer morena
Porque la mujer morena está doblando mis hombros
Le está trayendo una tos insana a mi pecho.
Amigos míos, hermanos míos, y todos vosotros que
aún guardáis mis últimos cantos
¡Dad muerte cruel a la mujer morena!


POEMA DE NACIMIENTO
Para eso fuimos hechos:
Para recordar y ser recordados
Para llorar y hacer llorar
Para enterrar nuestros muertos -
Por eso tenemos brazos largos para los adioses
Manos para coger lo que fue dado
Dedos para cavar la tierra.

Así será nuestra vida:
Una tarde siempre olvidándose
Una estrella apagándose en la sombra
Un camino entre dos túmulos -
Por eso precisamos velar
Hablar bajo, pisar leve, ver
La noche dormir en silencio.

No hay mucho que decir:
Una canción sobre una cuna
Un verso, tal vez, de amor
Una oración por quien se va -
Que esa hora no se olvide
Y por ella nuestros corazones
Se entreguen, graves y simples.

Pues para eso fuimos hechos:
Para esperar el milagro
Para participar de la poesía
Para ver la cara de la muerte -
De repente nunca más esperaremos…
Hoy la noche es joven; de la muerte sólo
Nacemos, inmensamente.


Mensaje a la poesía

No puedo
No es posible
Díganle que es totalmente imposible
Ahora no puede ser
Es imposible
No puedo

Díganle que estoy tristísimo, pero esta noche no puedo ir a su encuentro.
Cuéntenle que hay millones de cuerpos por enterrar
Muchas ciudades por reconstruir, mucha pobreza en el mundo;
Cuéntenle que hay en alguna parte del mundo una criatura llorando
Y las mujeres están volviéndose locas y hay legiones de ellas que tortura
la nostalgia de sus hombres; cuéntenle que hay un vacío
en los ojos de los parias, cuya inanición es extrema; cuéntenle
que la vergüenza, la deshonra, el suicidio, rondan el hogar
y que se quiere reconquistar la vida.

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